Jueves, 04 de Noviembre de 2010 18:10

Viernes Cultural 5 de Noviembre de 2010

Vota este articulo
(0 votos)

1 La solución al acertijo planteado la pasada semana es:

Escándalo de una mano
que nunca ignora la otra.
¿Quién será, quién no será?

LA LIMOSNA

Esta semana presentamos el siguiente:

Un hombre que está llorando
con la risa que aprendió.
¿Quién será, quién no será?

2 Finalizamos la serie de fotografías de la prestigiosa revista de fotografía: Nature’s Best  ((Las mejores fotos Best2.pps))

3 De donde vienen las palabras

Hoy: CANDIDATO


Quien se ofrece para ocupar un cargo público debería tener una trayectoria inmaculada, sin ninguna mancha que pudiera dejar alguna duda sobre su pasado. Así lo entendían ya los romanos, que hacían vestir a los aspirantes a esos cargos una túnica blanca, llamada candida, con la que se exhibían públicamente para manifestar públicamente la pureza y la honradez que cabía esperar de ellos.

El nombre de la túnica provenía de la ra raíz indoeuropea kand- o kend- (brillar), de la cual se han derivado palabras tales como candelabro, candente, candela, cándido, incandescente, incendio, etcétera.

Ningún derivado de candidus llegó hasta nosotros con significado directamente alusivo al color blanco, pero la blancura deslumbrante que la palabra latina candor expresaba en la lengua de los césares se mantuvo en el español candor, con el sentido de "sinceridad, sencillez y pureza de ánimo" que la palabra también tenía en latín. El Diccionario de la Real Academia Española menciona el sentido de "suma blancura" como acepción de candor, pero en la práctica esta palabra es muy poco usada con ese sentido.

Con la extensión de la democracia desde la segunda mitad del siglo XVIII, la palabra candidato es hoy harto conocida en toda la comunidad hispanohablante. No lo era antes de esa época, como permite comprobar el Diccionario de autoridades (denominación de la primera edición del Diccionario de la Real Academia Española, 1729), que decía: “El que pretende y aspira o solicita conseguir alguna dignidad, cargo, ó empléo público honorífico. Es voz puramente Latina y de rarísimo uso.” Cabe añadir que las velas, candelas o cirios eran llamados en latín candela, en alusión al brillo que provenía del calor; de ahí la palabra candente, que en latín significaba 'blanco o brillante como consecuencia del calor', y la castellana incandescente.